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martes, 20 de mayo de 2014

El lugar de las maravillas

Álbum [2014]
CEO
Wonderland


Hay varias maneras de empezar un disco. Eric Ber­glund, la persona detrás de CEO, decide entrar con Whorehouse y romperte la cabeza. La canción es eje y la de mayor gancho del disco. Excitante, cegadora, un viaje psicotrópico por un mundo colorido. Así comienza el segundo disco del sueco Berglund, quien anteriormente formaba parte del dúo electrónico The Tough Alliance. 
El disco tiene una estética synth pop y experimental, pero también una fuerte impronta techno. Harikiri, segunda canción de Wonderland, se acerca más al pop convencional o conocido, arrimándose a Passion Pit. A ésta le sigue Mirage, misteriosa, pero a la vez infantil, un recuerdo de niñez, una fusión entre David Lynch y Passion Pit. Me remite a Oh No Ono.

No hay mucho que decir acerca de In a Bubble on a Stream, ya que funciona de puente para el tema que le sigue y da nombre al disco, Wonderland, con una base de trance (hardtrance) y voz juguetona, que encuentran acá su lugar perfecto. El disco tiene sólo ocho canciones y la sexta es Juju, que funciona como pasaje, un portal que acerca a los últimos momentos de esta aventura. Ultrakaos, un canto new age, al grito de "mantra", y por último, OMG, más experimental y más pop.
A quien lo escuche por primera vez le va a sonar MGMT, si bien es cierto, sólo lo será en la medida que reconozcamos la psicodelia de Wonderland, porque la arista experimental de Eric Ber­glund está lejos de la de los estadounidenses.
Lo mejor: Whorehouse, Mirage, Wonderland, OMG.
Puntaje: 8

domingo, 28 de julio de 2013

Du Levande, la vida en comedia








Probablemente hayas visto el film, pero si no lo viste es totalmente recomendable, se trata de La Comedia de la Vida o según el traductor del google  “vos, viviente” “estás vivo”. El film está dirigido y escrito por Roy Andersson, oriundo de Suecia y lleva en su filmografía un total de nueve películas, donde Du Levande es su anteúltima, del 2007. Estrenará este año “En duva satt på en gren och funderade på tillvaron” (una paloma se sentó en una rama y meditaciones sobre la vida).

El film es un total de cincuenta sketches sin trama que los conecte explícitamente, desde una mujer que llora porque su esposo lo insultó hasta un grupo de personas que ensayan para la banda local pasando por el sueño de una persona quien es condenada a la silla eléctrica por destruir un juego de porcelana antigua. Lo que la película quiere es mostrar la miseria y la gloria de lo que significa ser humano, pero desde un humor del detalle, de las sutilezas, lo trivial, como catalogan (y él mismo lo hace) al cine de Roy Andersson. Este mediante un humor, que por momentos se acerca al surrealismo y en otros al absurdo, deja ver sin diálogos elocuentes, frases untuosas o escenas titánicas lo que significa estar vivo.

Lo absurdo de la existencia humana se deja diluir en cada segundo, donde no se buscan razones, orígenes, justificaciones, sólo hay personas que viven y tratan de llenarse a sí mismas con todo lo que pueden, con todo el abanico de sentimientos, sensaciones, experiencias, deseos. En cada partícula del film vemos la fatalidad y fortuna del vivir: lo azaroso de la existencia.




El nombre del metraje responde a un poema de Johann Goethe, de una serie de poemas que parecen en Las Elegías romanas:

X
Alejandro, César, Enrique y Federico, los grandes,
me darían felices la mitad de la fama que conquistaron,
porque les cediera a cada uno una noche de mi cama.
Pero, pobres, los tiene presos el duro poder del Orco.
Regocíjate pues, tú, viviente, en el cálido sitio del amor,
antes que el lúgubre Leteo atrape tu pie fugitivo.

Lo que me parece que viene a decir Roy Andersson  no es que debemos ser negativos o positivos ante la vida. Negativo no, porque es una actitud ante la realidad que no permite la construcción, la unión, siempre intenta romper los enlaces, ni tampoco positivos, que lima todos los bordes de la realidad, la dosifica, la endulza y la vuelve algo que no es. Esta dicotomía lleva siempre a un callejón sin salida. Lo que dice en voz baja Andersson, te susurra, es que estás vivo.